domingo, 25 de enero de 2009

Hay....

Hay un infinito que es sutil, que no es grosero.

Hay un infinito en ti.

Ayer te enseñe el camino de acceso.

Lo llame la senda de la mirada.

Solo es necesario voltear la mirada de tu vida al mundo en un mortal invertido.

Y te situas detrás de ti.

Observas.

Observas a ti contigo.

Te acuerdas cuantas veces buscaste las respuestas en el pasado y la via del camino era la vuelta a un regreso de un futuro permitido.

Lo mismo que la flor regresa a ser flor, incluso cuando en el invierno al arbol parece dormido.

Rompe el bloqueo, eleva los pies, siente el infinito.

Ahora.

Ahora en infinito.

Como la poesia de una oracion de quien conoce la ternura.

Tu camino es tu regreso al infinito y la via es la luz de un mortal invertido.

Ya te he enseñado que en el futuro que ha de venir porque ha sido y es en ti, no existen karmas ni pasados.

Simplemente escribiste lineas que no te pertenecian en tu alma.

Y ahora con el alma versifcada en la consciencia que la disolvia que el presente es el futuro recordado, eres capaz de limpiar la vida de las palabras que se habian olvidado.

Ahora volare al reino de otros pasados en la montaña perdida del olvido.

Alli donde murio el profeta y fausto a llorado.

Ayer vi tus lagrimas, el alma se te ha dado, pura de amor infinito inmaculado.

...no le busques sentido, no lo tiene.

miguel mochales, maestro zen.

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